sexta-feira, 1 de agosto de 2014

FERNANDO CHARRY LARA | Pasión y reflexión de la poesía



FM Según Hopkins, la esencia de las cosas posee una melodía interior que solamente el poeta recoge. La experiencia poética como fuente de revelación del ser: la expresión fundamental de la poesía. ¿El poeta atiende a la realidad al descifrarle cada fragmento de su laberinto inagotable? ¿Cómo te toca la poesía?

FCL Sí, pienso en la poesía como revelación, por momentos, del ser oculto del hombre que es el poeta. En el poema asoman a la hoja en blanco, supongo que casi siempre inconscientemente, las voces más secretas e íntimas de nuestro ser.

FM La noche es, sin duda, una de las metáforas fundantes de tu poesía. Recuerdo un pasaje de El nacimiento de la tragedia, en el que Nietzsche afirma que “todo crecer y evolucionar en el reino del arte tiene que producirse dentro de una noche profunda”. ¿La poesía pertenece esencialmente al reino de la noche?

FCL Es inexplicable la fascinación que en mí ejerce la noche. Será acaso porque confundo su atracción con la de la poesía: el amor, la mujer, el misterio, los sueños, el silencio, el terror, el olvido, la muerte,

FM Al referirse a la situación de los escritores latinoamericanos de tu generación, Alvaro Mutis declaró que “por mejores modelos europeos o norteamericanos que tenga, el escritor de América Latina necesita inventar su propia tradición para sobrevivir en este lugar tan especial, tan diferente del resto del mundo, donde le cupo la suerte de nacer.” ¿Que tradición has tratado de inventar para Fernando Charry Lara?

FCL Quisiera ser digno de pertenecer a la tradición del nocturno y desvelado José Asunción Silva, que considero una de las más altas de la lírica de lengua española.

FM El poeta alemán Gottfried Benn observa, en su fascinante ensayo “Problemas de la lírica”, que “una forma aislada, una forma en sí, no existe para nada. Ella es el ser, la misión existencial del artista, su meta”. ¿Concuerdas en que la forma sea el contenido supremo de la poesía?

FCL La poesía es esencialmente manera de decir las cosas: es un orden y ritmo inalterable de palabras, en ningún caso sustituibles, que intenta producir emociones, conmover sentimental o intelectualmente.

FM Teniendo a la vista la esencial capacidad crítica del lenguaje poético para cuestionarse a sí mismo, ¿dirías que la actividad creadora del poeta resulta en una derrota frecuente, en un fracaso inconciliable?

FCL La elocución poética es casi siempre un continuo fracaso, como lo pensó Vallejo, debido a que la intuición que quisiera transmitir no se manifiesta directamente con una sola palabra, como sería deseable, sino mediante una suma de palabras. Y éstas han sido empobrecidas, modificadas y restringidas por el uso convencional del lenguaje.

FM ¿Debe el poeta inventarse una lengua, como lo hicieron Joyce, Girondo, Vallejo, Artaud? ¿O la lengua de la poesía debe ser la corriente, la común a todos?

FCL Siguiendo el consejo de Hopkins, a quien usted menciona, la lengua de la poesía debería ser de preferencia la corriente, la de todos los días y todos los hombres, pero explorada en busca de su mayor expresividad y enardecida por la emoción.

FM ¿Consideras válido afirmar que Colombia fue el país hispanoamericano en que el modernismo significó la más radical forma de ruptura con la literatura hasta entonces allí vigente?

FCL No sólo en Colombia, sino en toda la América de habla española, el Modernismo (de finales de siglo XIX y comienzos del presente) fue la conquista de la independencia intelectual y la ruptura con las preceptivas literarias hasta entonces imperantes.

FM Según tu reflexión, los vanguardistas colombianos (Los Nuevos) no se mantenían muy a la par de los acontecimientos poéticos de su época (años 20, principalmente) que ocurrían en el resto del continente. ¿A qué atribuir ese aislamiento? ¿En qué diferían los postulados de este grupo en relación con el creacionismo, el ultraísmo y otras vertientes estéticas que por entonces hacían eclosión en el continente americano?

FCL Los Nuevos colombianos, en los años 20, no constituyeron un movimiento que siguiera determinadas corrientes poética, literarias o culturales. Fueron simplemente una generación o un grupo de escritores jóvenes, con tendencias, ambiciones y gustos diferentes. Su distancia de las vanguardias (con excepciones como las de León de Greiff y Luis Vidales) se debe, más que al aislamiento cultural del país de entonces, al prestigio que por mucho tiempo lograron conservar acá ciertas maneras del modernismo, predominantemente parnasianas (elocuencia, ornato, simulación cultural), y a la formación y temperamento tradicionalistas, recelosos de la aventura estética, de gran parte de sus integrantes.

FM Como dijo Jorge Gaitán Durán, “la dificultad admirable de la poesía es que exige al mismo tiempo, el ‘amor loco’ por el lenguaje y la reflexión sobre el lenguaje”. ¿De qué modo el Surrealismo -al que te refieres como “una de las asombrosas aventuras del espíritu humano”- influyó en la formación de los poetas de Mito?

FCL Jamás podría insinuarse que el Surrealismo fue la principal influencia en los poetas de Mito. Apenas sería una de las que gravitaron sobre ellos. Pero no la de un Surrealismo ortodoxo como el de Breton. Sino limitado a la creación poética y cercano a aquel que atrajo en algunos momentos a poetas españoles (Cernuda, Aleixandre, Lorca) e hispanoamericanos (Neruda, Molina, Moro) y que se definiría por la fusión en él de lucidez e inconsciencia, por la vigilancia del material onírico. Desconfiado, por lo tanto, de la escritura automática y creyente, sólo, del poder creador de la palabra y del libre juego del lenguaje y de la imaginación.

FM ¿Qué divergencias estéticas entre Cántico y Mito te habrían conducido del primero al segundo grupo?

FCL Cántico estuvo demasiado próximo al anterior grupo de Piedra y Cielo y a sus tendencias, excesivamente formalistas e ingeniosas, españolas e hispanoamericanas. Los poetas de Mito ampliaron ese horizonte interesándose en la poesía y en las corrientes poéticas universales del siglo XX.

FM ¿Diría que tu generación es la responsable del surgimiento de una nueva dicción lírica en la literatura colombiana? ¿En qué sentido?

FCL La generación poética colombiana surgida al promediar los años 40 quiso escribir sus poemas con una dicción más expresiva que meramente esbelta. De ahí su amor a la teoría de la poesía. Y su atención a la crítica poética y a diversos problemas de la cultura contemporánea.

FM Desde el comienzo fuiste muy bien recibido por la crítica. ¿De qué manera ello repercutió en el desdoblamiento, en la continuidad de tu trabajo poético?

FCL Sin duda fue estimulante para mi trabajo poético, de veras breve, encontrar algunas opiniones favorables al mismo. Pero me atrevo a decir que jamás he escrito una línea pensando en el concepto que merezca a alguien.

FM ¿La poesía es, todavía hoy, con la misma intensidad con que lo afirmaras en 1942, “un acto de fe”?

FCL Siempre he creído en la poesía como emoción esencialmente humana y reveladora de cuanto es el hombre, con sus sueños, esperanzas, desengaños y dolores. Poesía que quisiera alejada de cualquier ropaje literario, de la intención política y de toda otra ambición extraña a la sensibilidad puramente poética.

[1991]

FERNANDO CHARRY LARA (Colombia, 1920-2004)

Cántico. Ediciones Librería Siglo XX. Bogotá. 1994. / Nocturnos y otros sueños. Ediciones ABC. Bogotá. 1949. / Los adioses. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá. 1963. / Pensamientos del amante. Procultura. Bogotá. 1981. / Llama de amor viva. Procultura. Bogotá. 1986.

[Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica. 2 tomos. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. 2010.]

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