FM Sostiene el argentino Enrique Molina que “el poeta es
alguien que tiene un sentimiento exaltado de la existencia”. En una entrevista
a José Ángel Leyva dijiste que el optimismo caracteriza tu obra poética. ¿Se
podría vincular ese optimismo con un tipo particular de religiosidad? ¿Qué tipo
de diálogo con el mundo pretende tu poesía?
ORG Ciertamente, el optimismo ha sido una
constante en mi poesía, desde mis primeros poemas. Y no es ningún tipo de
religiosidad, aunque mi religión sea la poesía. Mi optimismo es más bien una
característica personal.
FM Américo Ferrari identifica con Vallejo y con Eguren la
entrada relevante de la poesía peruana en la modernidad, dado que un poeta como
Santos Chocano estaba muy fijado a una estética anticuada. En Guatemala es
común que los críticos consideren perjudicial para la eclosión del modernismo
la estada prematura de Darío en tu país. Encuentro curioso que la presencia
anticipada de Darío haya retardado la eclosión del modernismo en Guatemala.
¿Qué opina acerca de eso uno de los más consolidados representantes de esa
corriente, Carlos Wyld Ospina?
ORG El peruano José Santos Chocano es una de las voces más
elevadas del modernismo. Él y Rubén Darío estuvieron varias veces en Guatemala
e influenciaron, con sus "claros clarines" modernistas, a los poetas
de mi país y del resto de América Central. He escrito un libro sobre lo
particular, Eclosión del Modernismo en
Centroamérica, aún inédito. Wild Ospina, Rafael Arévalo Martínez, Alberto
Velázquez, Osmundo Arriola, Belisario Escoto (un tío mío) y otros, fueron
modernistas. En sus comienzos, Asturias, Cardoza y Aragón y César Brañas fueron
modernistas, o, mejor, posmodernistas. Lo mismo puede decirse del colombiano
Porfirio Barba Jacob.
FM Varios críticos comentan el hecho de que la vanguardia
guatemalteca no produjo ningún manifiesto. En una entrevista que le hice a
Pablo Antonio Cuadra, él mencionó las relaciones entre nicaragüenses y los
artistas que componían el grupo Saker Ti. Claro que la firma de manifiestos no
es relevante desde el punto de vista de una renovación estética. La proliferación
en cadena de manifiestos puede llevar a un caos conceptual. De los postulados
ventilados por la vanguardia en tu país. ¿Qué te parece hoy sustancioso y
resistente al tiempo?
ORG Cuando el vanguardismo llegó a América
Central, más o menos en la tercera década del siglo XX, afloraron grandes
poetas en la generación del 30, como Francisco Méndez, Alfonso Orantes, Augusto
Meneses y Francisco Figueroa. Mi generación literaria, la del 40 o Grupo
Acento, dio un nuevo rumbo a la poesía guatemalteca.
FM La antología Poesía
contemporánea de Centro América (1983), organizada por Roberto Armijo (El
Salvador) y Rigoberto Paredes (Honduras), sugiere al lector la inexistencia de
voces femeninas relevantes en Guatemala, no solamente por la ausencia de
mujeres entre los seis poetas seleccionados sino sobre todo porque en el
estudio introductorio, firmado por Armijo, no se menciona que ninguna expresión
femenina forme parte de la tradición poética guatemalteca. Como contrapartida,
se refiere a Eunice Odio (Costa Rica), Clementina Suárez (Honduras) y Claudia
Lars (El Salvador), por ejemplo. ¿Por cuánto tiempo se repitió esa actitud
prejuiciosa y cuál te parece que sea la raíz?
ORG Aunque no conozco la antología de los poetas Armijo y
Paredes, sí conocí, personalmente, a las poetas Eunice, Clementina y Claudia
Lars. Tal vez por falta de información de los antólogos no hay expresiones
femeninas de Guatemala ni de Panamá. En mi país estaban las poetas Olga
Martínez Torres, Delia Quiñónez y Ana María Rodas, del Grupo Saker Ti (amanecer, en maya quiché), además de Luz
Méndez de la Vega y Lucrecia Méndez. Y ya eran conocidas las panameñas Diana
Morán y Bertalicia Peralta.
FM ¿Hasta qué punto se confundieron lucha política y
renovación estética en el ambiente en que surgió el grupo Acento? ¿Qué tipo de
interferencias había entre esos dos aspectos?
ORG Para responder a esta pregunta citaré a Huberto
Alvarado, el epígono del Grupo Saker Ti, que, en su libro Exploración de Guatemala, tiene la respuesta. En este libro, Huberto
cuenta cómo y cuándo los del 40 se cruzaron con los de de Saker Ti:
“La tiranía de Jorge Ubico estaba ya podrida hasta los
huesos. El pueblo, oprimido y explotado, expresaba de diversas formas su odio a
los señores feudales. Mientras
en los campos de Europa, de África, de Asia, se moría por la libertad, en
Guatemala un dictador, expresión de los más negros intereses extranjeros y
domésticos, asesinaba impunemente las cuatro libertades.
Pero la lucha del pueblo crecía en medio de la más
tremenda situación. Moviéndose en este ambiente, respirando el aire enrarecido
de esa época, y siguiendo la tradición de las generaciones decimales, unos
cuantos jóvenes escritores y artistas organizaron el Grupo Acento o Generación
del 40.
Traían una
inquietud nueva para la Guatemala oscurantista y analfabeta. Traían nuevas
preocupaciones y venían a proponer los problemas de su tiempo. Lectores asiduos
de Valéry, Rilke, Joyce, Kafka, Neruda, Alberti, Miguel Hernández, García
Lorca, de los surrealistas franceses etc., exponían la influencia de estos
escritores en sus trabajos incipientes. Frente a la cerrada atmósfera de los
intelectuales aquella época, metidos en su mundo de pequeños genios, de
intrigas tontas y gestos serviles ante el tirano dueño de vidas y haciendas, los
jóvenes del Grupo Acento no pudieron menos que izar la bandera de la rebelión,
el grito iconoclasta, frente a la pudrición, el provincianismo y el cretinismo
reinantes.
Ante la crítica violenta, ante la verdad que desnudaba la
realidad de una literatura que moría sin haber nacido, carcomida por la falta
de vida, ante la denuncia de una sociedad de elogios mutuos que diariamente
celebraban sus miembros -los auto-consagrados-, la reacción del ambiente fue
tremenda y los asustados intelectuales de la ubicuidad trataron de esconderse a
la sombra del reino moribundo. Criticando, atacando y escribiendo, en medio del
nauseabundo ambiente de la tiranía, el Grupo Acento fue una punta de lanza
contra el afrentoso régimen.”
Luego, Huberto Alvarado informa que “como producto
legítimo del movimiento revolucionario, de la vida y de la palpitante acción
diaria, en 1947 nació el Saker Ti, de artistas y escritores jóvenes. También
sus integrantes -estudiantes y obreros- leían a Valéry, Rilke, Joyce, los
surrealistas, pero simultáneamente devoraban los libros de Aníbal Ponce,
Mariátegui, Marx, Engels, los poemas de Aragón, Guillén, Neruda, Vallejo, las
novelas de los grandes autores estadunidenses y soviéticos, y sumaban a sus
lecturas la acción práctica, la militancia política, la vida con los obreros en
los sindicatos y con los campesinos en los establecimientos rurales. Al Grupo
Saker Ti, producto de la nueva época, se sumaron los más valiosos elementos del
Grupo Acento, una época se conectó con la otra, una generación fue salvada de
truncarse, al vivir permanentemente los momentos más positivos en la historia
de su país.”
FM La formación de un grupo como Saker Ti y la publicación
de la Revista de Guatemala, en los
años 40, confirman un momento bastante propicio a la renovación de las letras
en tu país. ¿Cómo era la relación entre los grupos y hasta qué punto el regreso
de Luis Cardoza y Aragón habría reforzado la actividad cultural ya en curso?
ORG Con la Revolución de Octubre, Guatemala entró en el
siglo XX, afirmó precisamente Cardoza y Aragón. Al regresar a su país, el autor
de El río: novela de caballerías,
comenzó a disparar verdaderos cañones de cultura. Siendo diputado, consiguió
que se rompieran las relaciones diplomáticas con la España de Franco y que
fueran entonces establecidas con la Unión Soviética. En el plano cultural,
obtuvo el apoyo para publicar la Revista
de Guatemala, y que se fundara la Casa de la Cultura Guatemalteca. La
juventud artística e intelectual devoraba los libros de Cardoza y Aragón y la Revista de Guatemala pagaba muy bien a
sus colaboradores, tanto nacionales como extranjeros. Y así se establecieron
cordiales relaciones con los más destacados escritores de América hispana.
FM Tu residencia en México se debió a motivos políticos. Me
parece que el exilio te permitió una mayor amplitud en las relaciones poéticas;
y aquí pienso en tu viaje a Ecuador, donde conociste a Jorge Carrera Andrade y
a Jorge Enrique Adoum, e inclusive publicaste algunos libros. ¿Puedes hablar un
poco al respecto?
ORG Mi primer exilio en México duró tres meses y medio
(1944). Regresé a Guatemala con el triunfo de la Revolución de Octubre. En 1945
volví a México, ya no como exiliado sino como diplomático. Aquí viví ocho años,
primero como cónsul y luego como agregado cultural de la embajada de Guatemala.
Terminé mis estudios de derecho y de letras, y retorné a mi país, donde fui
sub-jefe de la Reforma Agraria. Con la caída del gobierno del presidente Jacobo
Arbenz, quise venir a México, pero no pude; entonces me exilié en la embajada
de Ecuador, país donde viví dos años de exilio, uno en Quito y otro en
Guayaquil. Allí conocí a Benjamín Carrión, director de la Casa de la Cultura de
Quito, y a Jorge Enrique Adoum, su jefe editorial. Publicaron mi libro Canciones de los bosques de Guatemala
(1955) y, años después, la Casa de la Cultura de Guayaquil editó mi Tun y Chirimía (1978). En 1956 salí de
Quito rumbo a México. Cuando el avión salía de Guayaquil dos gorilones de la
CIA me hicieron descender con una pistola en la espalda.
FM Hay una declaración tuya de la que no logro entender en
qué base se apoya: "Para mí, los seis grandes de la poesía latinoamericana
son López Velarde, [Carlos] Pellicer, Díaz Mirón, [Pablo] Neruda, [César]
Vallejo y Nicolás Guillén". Ahí hay tanto una mezcla de generaciones como
una limitación lingüística de lo que es América Latina, que deja afuera a los
poetas de lengua francesa y portuguesa. Necesito que me ayudes a comprender tu
perspectiva, de modo que pueda preguntarte algo referente al tema.
ORG La pregunta que me fue hecha en esa ocasión fue:
"¿Quiénes son, para usted, los seis grandes de la poesía
latinoamericana?", y mi respuesta fue: López Velarde, Díaz Mirón,
Pellicer, Neruda, Vallejo y Nicolás Guillén. No se hablaba, por lo tanto, de
poetas europeos, asiáticos o africanos.
FM Mi inquietud, poeta, es que no mencionas poetas de
países como Guadalupe, Martinica, Haití, Guayana Francesa y Brasil, que también
integran América Latina. ¿No reconoces en esos países ninguna gran expresión
poética?
ORG La verdad es que no conozco casi nada de
la poesía de Martinica, Guadalupe, Haití ni de las Guayanas; en cambio de
Brasil sí conocía, por haberlos leído, a algunos poetas como Manuel Bandeira,
Carlos Drummond de Andrade, Lêdo Ivo y Vinicius de Moraes; todos ellos me
parecen importantes y me agrada su poesía.
FM También me interesó la aparente contradicción entre el
hecho de que no te guste la poesía de Octavio Paz al mismo tiempo que reconoces
que es un gran poeta. ¿Me explicarías algo a este respecto? ¿Habría en eso una
interferencia de lo político en lo poético?
ORG Claro está que Octavio es un gran poeta,
pero que su obra no me agrade en general (excepto algunos poemas) es otra cosa.
Sí, la interferencia es de orden político. Él era un hombre de derecha y yo
siempre fui y seré de izquierda. Muy simple, ¿no?
[2002]
OTTO-RAÚL GONZÁLEZ
(Guatemala, 1921-2007)
Voz y voto del geranio. Guatemala:
Ediciones Acento, 1943. / A fuego lento.
1a ed. México: Editorial Espiga, 1946. / Sombras
era. México: El Cristal Fugitivo, 1948. / Viento claro. Guatemala: Ediciones Saker Ti, 1953. / El bosque. Quito: Casa de la Cultura
Ecuatoriana, 1955. / Hombre en la luna.
México: Ecuador: OO’O”, 1960. / Para
quienes gusten oír caer la lluvia en el tejado. México: Ecuador: OO’O”,
1962. / Cuchillo de caza. México,
Ecuador: 00’0”, 1965. / Diez colores
nuevos. México: Olin, 1967. / Oratorio
del maiz. México: Finisterre, 1970. / La
siesta del gorila y otros poemas. Costa Rica: Editorial Universitaria
Centroamericana, 1972. / Tun y chirimía.
Guayaquil: Casa de la Cultura Ecuatoriana, Nucleo del Guayas, 1978. / El hombre de las lámparas celestes. 1a
ed. México: Ediciones del Gobierno del Estado de Baja California Sur, 1980. / Palindromagia. México: Presencia
Latinoamericana, 1983. / Sonetos mexicas.
México: Casa de la Cultura de Juchitan, 1987. / Tres poetas centroamericanos. La Habana: Casa de las Américas,
1987. / El templo de los jaguares.
México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1990. / El conejo de las orejas en reposo. Chiapas: Instituto Chiapaneco de Cultura, 1990. / Diamante negro. 1a ed. México: Jorge
Saldana, 1990. / Luna mutilada. 1a ed.
México: Editorial Praxis, 1991. / Versos
droláticos. México: Editorial Praxis, 1993. / Poesía fundamental, 1943-1967. Guatemala: Universidad de San Carlos
de Guatemala, 1973. / Poesía fundamental.
(Tomo I). 2a. Ed. Guatemala: Editorial Universitaria, 1995. / Concentración de luciernagas. México: La
Tinta de Alcatraz, 1996. / Concierto para
metralleta: cántigas para el Ché Guevara. México: Editorial Praxis, 1997. /
Versos del tapanco. México: Editorial
La Tinta del Alcatraz, 1999. / Sea breve.
México: Ediciones del Ermitaño, 1999. / Los
hermosos animales. México: Ediciones Papeles Privados, 1999. / Huitzil uan tuxtli = Colibrí y conejo: medio
siglo de poesía. Presentación de Eduardo García Aguilar. México: Fondo de
Cultura Economica, 1998.
[Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica. 2 tomos. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. 2010.]
Nenhum comentário:
Postar um comentário